martes, 1 de marzo de 2011

Forúnculos de piel.

21 de septiembre de 2004

Claves para tratar los molestos forúnculos de la piel
Uno de los motivos de su desarrollo es la mala higiene o un aseo deficiente, la sudoración excesiva o hiperhidrosis, entre otras.



Los jóvenes son quienes tienen mayores probabilidades de presentar los desagradables forúnculos en la piel, sobre todo en las áreas con mayor cantidad de pelos y en zonas de mayor roce y sudoración. Sin embargo, para evitar que la afección se prolongue, es necesario un tratamiento oportuno.
La dermatóloga de Clínica Alemana, doctora Vesna Dragicevic explica que el forúnculo es una infección aguda que "se origina generalmente por la bacteria Staphylococcus aureus, la que infecta el folículo piloso pelo- en su parte más profunda y su tejido vecino, produciendo una necrosis o muerte de las células con tendencia a supurar material purulento o pus".

Esta alteración se manifiesta principalmente en el rostro, en la región posterior del cuello, en las axilas, cuero cabelludo, muslos y glúteos. Sin embargo, la especialista señala que los mayores riesgos ocurren cuando se origina en el labio superior, la nariz y sus alrededores, ya que esas zonas presentan una mayor cantidad de vasos sanguíneos con conexiones a vasos más profundos. Por este motivo es importante no manipular la lesión, ya que se puede provocar una trombosis vascular local.

¿Cómo se reconoce un forúnculo?
En general, se presenta en un área poco nítida, es de color rojo, caliente y muy doloroso, con un nódulo de 1 a 5 centímetros de diámetro. La zona central de la lesión puede ser más blanda y presentar un tono amarillento - purulento. En general, no se presenta más de uno, sin embargo, en casos excepcionales pueden surgir en mayor cantidad, hasta formar una masa que drena pus en varios puntos, llamado carbunclo.
Cabe destacar que existen factores que predisponen su desarrollo, como la mala higiene o un aseo deficiente; la sudoración excesiva o hiperhidrosis; el roce en las áreas pilosas - ya sea por deporte o por motivos laborales-, y enfermedades como la obesidad o la diabetes.

La importancia de un tratamiento oportuno
El primer paso es consultar al dermatólogo y realizar un diagnóstico a tiempo. En ciertos casos, se indica un estudio de laboratorio para identificar el germen que produce la lesión, lo que se puede efectuar con un examen directo, un cultivo bacteriano o un antibiograma, para observar la sensibilidad de la bacteria a los antibióticos.

Ahora bien, si el joven presenta múltiples forúnculos y en forma repetitiva o tiene otras enfermedades asociadas que puedan indicar un deterioro de su inmunidad, es necesario realizar un estudio de mayor envergadura para descartar diabetes, alguna inmunodeficiencia o una baja de sus defensas.

¿Cuál es el tratamiento? La dermatóloga explica que es necesario aplicar calor húmedo en la zona afectada para facilitar el drenaje espontáneo de la lesión. Si esto no se produce, el procedimiento debe ser efectuado por un médico, quien recetará antibióticos orales o sistémicos, derivados de penicilinas semisintéticas. En ciertas ocasiones hay que realizar drenaje quirúrgico.

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