lunes, 14 de febrero de 2011

Fimosis



FIMOSIS :
Concepto:

La fimosis es una estenosis del anillo prepucial que da lugar a una imposibilidad de retraer el prepucio hasta por detrás del glande. En ocasiones sólo se manifiesta durante la erección. Según el tamaño del orificio prepucial puede ser de dos tipos: puntiforme, con un orificio tan pequeño que dificulta la micción, o anular.



Se debe diferenciar la fimosis de las siguientes situaciones:
# Adherencias balanoprepuciales: El 96% de los recién nacidos presenta adherencias entre el glande y un prepucio cuya diferenciación histológica aún no ha terminado, apareciendo casi fusionados; esta situación es llamada por algunos como "fimosis fisiológica". Tanto los restos de descamación epitelial acumulados (esmegma), como las erecciones del pene, van facilitando progresivamente la retracción, de modo que a los 6 meses de edad el 15% de los prepucios son retráctiles al año de edad el 50%, a los 3 años de edad el 90% y a los 17 años menos del 1% de los varones presentan fimosis.
Debe hacerse una suave retracción del prepucio hasta donde llegue, siempre visualizando el meato uretral para descartar hipospadias asociado, pero no se hará una retracción forzada por el riesgo de que aparezcan adherencias entre el prepucio y el glande desepitelizado que podrían dar lugar a la formación de un anillo prepucial y fimosis secundaria.
Se les indicará a los padres que continúen con la retracción diaria prepucial y con una cuidadosa higiene. Sí se hará retracción manual para la lisis de las adherencias, tras la aplicación de pomada de lidocaína, en caso de aparición de balanitis o de balanopostitis. Si desarrollan balanitis recurrente, se debe plantear la circuncisión.
#
Frenillo corto: Da lugar a una limitación en la retracción del prepucio, más acusada durante la erección, pudiendo provocar entonces una incurvación peneana. Es bastante frecuente, y existen variadas morfologías, pudiendo llegar incluso hasta una inserción del prepucio en la inmediata vecindad del meato uretral. Problema con el frenillo
Puede suponer un problema estético, además de una dificultad para el coito, con riesgo de desgarros del frenillo. Además, si limita la retracción del prepucio, puede dificultar también la higiene.
El tratamiento es la frenotomía o sección del frenillo, procedimiento que, según nuestro criterio, la intervención puede limitarse a la sección del mismo. Previa infiltración con un anestésico local de toda la longitud del frenillo, se practica un corte transversal del mismo (con bisturí frío o electrobisturí) y el efecto final es un alargamiento
# Balanitis xerótica obliterans: Puede ser el estadio final de algunos casos de balanopostitis crónica inespecífica, aunque la causa más frecuente es el liquen escleroatrófico. El liquen escleroatrófico es más frecuente en las mujeres (acaba provocando la llamada "craurosis vulvar"); en los varones se diagnostica en edades medias o avanzadas, más frecuentemente en no circuncidados. Es de etiología desconocida, puede involucrar al prepucio, glande, meato uretral y, eventualmente, a la uretra anterior.
Clínicamente se caracteriza por la presencia de placas blanquecinas, de aspecto apergaminado, agrietadas, asintomáticas o que producen prurito y quemazón. Cuando el proceso está muy avanzado se le denomina balanitis xerótica obliterans. Suele ocasionar fimosis y, a veces, obstrucción urinaria secundaria a una fimosis muy cerrada o a la afectación del meato uretral. Una complicación rara es la aparición de un carcinoma de células escamosas del pene, por lo que las lesiones que se ulceren o se muestren muy hiperqueratósicas de modo persistente deben ser biopsiadas.
No existe tratamiento médico eficaz. Se usan corticoides tópicos de baja potencia para aliviar los síntomas, y en los no circuncidados se hará postectomía. Si afecta al meato, se hará meatotomía.
# Parafimosis: Consiste en un estrangulamiento del glande, con edema progresivo, debido a un prepucio estrecho y que es retraído sin reponerlo a su posición original con rapidez. Se forma un anillo por detrás del surco coronario que estrangula al glande. Inicialmente aparece un edema venoso, de color blanquecino casi transparente, pero si no se reduce a tiempo aparece la oclusión arterial y la necrosis del prepucio. Suele ocurrir tras cateterismos vesicales, al olvidar la reposición del prepucio. Es muy frecuente que se interprete erróneamente como picadura de insecto, enfermedad ampollosa o infección local. Parafimosis
El tratamiento es fácil: se ejerce una tracción hacia arriba de la piel del prepucio con ambos dedos índices a la vez, mientras que con ambos dedos pulgares se desplaza el glande hacia abajo. Se aconseja el uso de lubricante urológico, que facilita el deslizamiento de la piel, así como la aplicación local de frío (p. ej., gasas mojadas en suero helado), para reducir el edema. Excepcionalmente se necesita de cirugía inmediata. Cuando sucede de forma espontánea, no por iatrogenia, debe realizarse la postectomía de forma diferida.

Tratamiento: El tratamiento de la fimosis es quirúrgico, mediante la postectomía o circuncisión.

Indicaciones: Cuando exista fimosis verdadera o balanitis recurrente o parafimosis no iatrogénicas.

Contraindicaciones: Las alteraciones de la coagulación no controlables y las anomalías del pene en las que la piel podría ser necesitada para futuras reconstrucciones: hipospadias, epispadias, megalouretra, pene palmeado y chordée.

Ventajas e inconvenientes de la circuncisión: En muchos países la postectomía se realiza no sólo en casos de fimosis, sino de modo generalizado a todos los recién nacidos y constituye una práctica muy controvertida. Los principales argumentos médicos esgrimidos, aparte de los sociorreligiosos, a favor y en contra de la circuncisión, son los siguientes:

Infecciones del tracto urinario: Varios estudios apuntan que la mayoría de las infecciones del tracto urinario durante la primera infancia ocurren en niños no circuncidados, posiblemente por una mayor colonización bacteriana del pene. Los fallos metodológicos detectados en los estudios hacen que sea aventurado obtener conclusiones al respecto.

Cáncer de pene: Es mucho más frecuente en los no circuncidados, aunque no hay aún conclusiones definitivas al respecto. Se ha asociado con mala higiene local y con enfermedades de transmisión sexual como la infección por papilomavirus de los serotipos 16 y 18.

Cáncer de cérvix: Está asociado a los mismos serotipos de papilomavirus que el cáncer de pene, y a otras infecciones de transmisión sexual. Pero aún no está directamente asociado al hecho de tener pareja no circuncidada.
- Tampoco está claramente demostrado que las infecciones de transmisión sexual se asocien a la situación de no circuncidado.
- La meatitis es más frecuente en los circuncidados, pero no está demostrada su asociación a estenosis meática.

Los informes de la Task Force on Circuncisión concluyen indicando que "la circuncisión del recién nacido tiene potenciales beneficios médicos y ventajas, así como desventajas y riesgos. Cuando se considere la circuncisión, deben ser explicados a los padres los beneficios y los riesgos y se deberá obtener el consentimiento informado".
En nuestro medio, la postectomía se realiza habitualmente bajo anestesia local, reservándose la anestesia general para niños pequeños. Aunque existen diversas variantes técnicas para su realización, el primer paso consiste en la resección de la piel del prepucio proximal al anillo fimótico, incluyendo el frenillo. A continuación, el extremo de la piel peneana es suturado a la mucosa prepucial sobrante, mediante puntos sueltos con material absorbible (catgut 3 a 5/0). Finalmente se coloca un vendaje moderadamente compresivo que envuelva la herida quirúrgica.
En pacientes, habitualmente ancianos, que presentan una balanitis xerótica obliterante con firmes adherencias balano-prepuciales, la intervención puede consistir simplemente en la incisión con tijeras de la cara dorsal del prepucio. Se sutura entonces la V resultante, con lo que el meato uretral queda al descubierto.

Cuidados postoperatorios: Se debe indicar reposo relativo durante 7 días, curas locales (cambio diario del apósito con aplicación de pomadas cicatrizantes o antisépticas) y analgésicos. No es aconsejable destapar la herida en las primeras 24 h. Debe evitarse la estimulación sexual voluntaria en este período, por el peligro de dehiscencia de la herida. Para favorecer el drenaje del edema posquirúrgico suele recomendarse la sujeción de la cara dorsal del pene a la región pubiana, mediante una compresa o usando ropa interior ajustada. Es recomendable, una vez transcurridos 7 días, comprobar la normal cicatrización de la herida quirúrgica.
Circuncisión



International Society for Sexual Medicine
SOCIEDAD LATINOAMERICANA de MEDICINA SEXUAL

jueves, 10 de febrero de 2011

Vasectomía

Vasectomía

¿Qué es la vasectomía?

La vasectomía es un método quirúrgico de esterilización masculina. En la actualidad, se ha convertido en uno de los sistemas de planificación familiar más solicitados por su sencillez, seguridad y ausencia de efectos secundarios. Consiste en la sección y ligadura de los conductos, llamados deferentes, encargados de servir de canal transportador para que los espermatozoides lleguen a mezclarse con el semen.

Aparato urogenital masculino. Zona de vasectomía

Aparato urogenital masculino

Seguridad de la vasectomía como anticonceptivo

La vasectomía es el método anticonceptivo con mayor porcentaje de seguridad debido a la posibilidad que representa el poder realizar una prueba, el análisis de semen, que nos dará la información exacta de si podemos ya prescindir del método anticonceptivo que estemos usando.

Hasta que éste análisis no dé como resultado la ausencia total de espermatozoides en el semen, debemos seguir utilizando otros métodos ya que la vasectomía todavía no es segura. El deferente tiene aproximadamente 50 centímetros de longitud, y los espermatozoides se mueven con lentitud; debemos darles el tiempo (de 2 a 3 meses) y la oportunidad de ser expulsados (de 20 a 25 eyaculaciones) antes de realizar el primer análisis.

En resumen, debemos realizar el primer análisis de semen entre el 2º y 3er mes después de la vasectomía. Si aún existe presencia de espermatozoides en el mismo, debe seguirse con el método habitual y repetir un seminograma cada mes, hasta que obtengamos el resultado deseado, es decir, la ausencia total de e espermatozoides.

Pueden aparecer espermatozoides en los análisis incluso hasta los 8 meses. Si transcurrido éste periodo de tiempo no se ha normalizado, debemos solicitar una revisión por el urólogo que ha realizado la intervención.

Requisitos aconsejables a un candidato a vasectomía

No hay una normativa que exija unas condiciones, excepto ser mayor de edad, pero sí recomendamos que se hagan unas reflexiones previas a la solicitud de una vasectomía.

Por ejemplo en lo que respecta a la edad, sugerimos que no sea practicada la vasectomía a varones menores de 30 años, ya que tienen mayor posibilidad de cambios en su vida personal, tanto afectiva como económica.

Respecto al número de hijos, si bien éste punto es muy relativo, se aconseja haber tenido 2 hijos antes de tomar una decisión.

También se indica que se tengan en cuenta los años de matrimonio. Al respecto se ha valorado que, ya que estadísticamente el mayor porcentaje de separaciones se produce dentro de los primeros 7 años de convivencia, se espere a rebasar esta cifra para optar a una vasectomía.

Consejos pre y post-quirúrgicos

Previamente a la intervención recomendamos no tomar Aspirina (ácido acetilsalicílico) dada su acción anticoagulante o cualquier otro fármaco que altere los mecanismos de coagulación sanguínea. Si precisa de algún analgésico, aconsejamos el uso de Gelocatil (paracetamol).

También se recomienda el afeitado de la bolsa escrotal con el fin de facilitar la cirugía y garantizar la higiene durante y después de la misma.

Posquirúrgicamente recomendamos la cura diaria de la herida durante unos días y la toma de un tratamiento con fines profilácticos.

Se pueden realizar la mayoría de actividades sociales de forma habitual. Únicamente consideramos el ejercicio físico violento o deportes con riesgo no controlado las actividades que deben ser suspendidas durante una semana.

Conducir o desarrollar un trabajo que no implique riesgo puede seguir haciéndose sin ningún tipo de problema.

¿Cuándo y cómo reiniciar las relaciones sexuales?

Recomendamos esperar 72 horas para volver a tener relaciones sexuales sin olvidar que la vasectomía no es operativa como método anticonceptivo hasta que hayamos comprobado mediante análisis de semen que ha desaparecido por completo la presencia de espermatozoides en el mismo. Consecuentemente, se deben mantener las relaciones sexuales utilizando el método anticonceptivo que la pareja haya escogido.

Drenaje de abscesos

Drenaje de abscesos

INTRODUCCION
El drenaje de abscesos es un procedimiento quirúrgico sencillo que se puede realizar de forma
ambulatoria, si bien exige haber observado personalmente su ejecución. A continuación exponemos los pasos a seguir para una correcta realización de esta técnica.

INDICACIONES
Todos los abscesos deben ser drenados, una vez que han sido diagnosticados.

CONTRAINDICACIONES
Ninguna.
Anestesia local.
Jeringa de 10 ml, estéril.
Agujas: calibre 25G x 15 mm, calibre 21G x 40
mm.
Lidocaína al 1 ó 2%, 10 cc.

Equipo para la intervención.
Bisturí desechable del n° 15 ó 20.
Pinza de Kocher.
Jeringa de 20 ó 50 ml (según tamaño de absceso).
Jeringa de 10 ml con aguja de 21 G x 40 mm.
Suero fisiológico.
Agua oxigenada y solución de povidona yodada.
Dren de caucho o silicona (Penrose), o cinta de gasa de 1/2 ó 1 pulgada.
Gasas y compresas estériles.
Apósito estéril.

EQUIPO NECESARIO
Preparación de la piel.
Gasas estériles o algodón.
Solución de Povidona y yodada.
Preparación del campo estéril.
Paños estériles con o sin fenestración.
Guantes estériles.
Preparación del personal.
Lavado quirúrgico de las manos.
Guantes estériles.
Preparación del paciente.
Colocación en la posición adecuada, según la zona en la que se encuentre el absceso y procurando que el paciente esté lo más cómodo posible.

TECNICA
1. Desinfección de la zona.
Utilizar povidona yodada u otra solución antiséptica para limpiar la zona (fig. 1).
2. Preparar y colocar el campo.
3. Utilizar guantes.
4. Anestesiar la zona.
Infiltrar las capas superficiales de la piel con lidocaína, siguiendo la dirección que llevará la
incisión (fig. 2).
5. Punción y aspiración.
Se introduce en el centro del absceso una aguja de calibre 21, colocada sobre una jeringa de
10 mI, aspirando lentamente hasta que la salida de material purulento nos indica la localización
de la zona abscesificada (fig. 3). En algunas ocasiones puede ser de gran utilidad no retirar la aguja para que nos sirva de guía al realizar la incisión.
Figura 1.
Desinfectar la zona con una solución antiséptica
Figura 2.
Infiltrar las capas superficia es de la piel con anestésico local.
6. Incisión de la piel (fig. 4).
Realizar una incisión en la zona del absceso que presente mayor fluctuación o punto máximo
de hipersensibilidad. Siempre que sea posible, realizar la incisión en la dirección de las líneas de tensión de la piel (líneas de Langer).
No se deben realizar incisiones en cruz, ya que éstas no son necesarias, retrasan la curación y
dan lugar a una cicatriz extensa.
7. Realizar cultivo.
Si existe inflamación más allá del área local del absceso, se deberá realizar cultivo del material
purulento.
8. Desbridamiento de la cavidad.
Con una pinza de Kocher separaremos al máximo los bordes de la incisión para vaciar el absceso (fig. 5), y posteriormente desbridaremos la cavidad con la ayuda de esta pinza, o preferiblemente introduciendo el ledo meñique por la incisión (si ésta es lo suficientemente
grande), que además nos perriitirá

Figura 3.
Realizar una punción, aspirando suavemente, en la zona de mayor hipersensibilidad.
garantizar un drenaje completo y asegurarnos de que no existen cuerpos extraños en la cavidad.
9. Limpieza de la cavidad.
Lavar la cavidad del absceso con abundante suero fisiológico que se inyectará a presión en la misma, mediante la utilización de una jeringa. Posteriormente, lavamos la cavidad con agua oxigenada diluida en suero fisiológico al 50% y con solución de povidona yodada.
10. Colocar drenaje.
Insertar un pequeño dren (Penrose) en la cavidad para garantizar un drenaje continuo de la
lesión. También se puede rellenar la cavidad con cinta de gasa vaselinada que se cambiará
diariamente.
11. Colocar apósito.
Cubrir la lesión con gasas y apósito estériles.

Figura 4.
Realizar una incisión siguiendo las líneas de
tensión de la piel.
Figura 5.
Separar al máximo los bordes de la incisión para vaciar el absceso.
Tabla 1
Técnica para el drenaje de abscesos
1. Desinfección de la zona.
2. Preparar y colocar el campo.
3. Utilizar guantes.
4. Anestesiar la zona.
5. Punción y aspiración.
6. Incisión de la piel.
7. Realizar cultivo.
8. Desbridamiento de la cavidad.
9. Limpieza de la cavidad.
10. Colocar drenaje.
1 1 . Colocar apósito.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
Localización de los abscesos . Los abscesos presentes en determinadas localizaciones deben ser
tratados con extremada precaución:
Todas las infecciones que afectan el denominado «triángulo de la muerte» pueden extenderse
hacia el seno cavernoso a través de la vena oftálmica, pudiendo tener consecuencias graves.
Siempre que exista hinchazón bajo el canto interno del ojo se deberá descartar la presencia
de dacriocistitis.
Un absceso del dorso de la mano puede ser reflejo de una infección palmar más extensa,
como es el caso de una infección del espacio membranoso proveniente de un callo palmar.
Los abscesos perineales profundos pueden extenderse ampliamente, por lo que es preferible
realizar un drenaje quirúrgico bajo anestesia regional o general.
Empleo de antibióticos . En la infección localizada, el único tratamiento necesario es el drenaje
quirúrgico. Sin embargo, en pacientes diabéticos o inmunodeprimidos, infecciones de los dedos y de la mano y en las infecciones extensas es obligatorio administrar antibióticos de forma concomitante.
Aspiración con aguja. En algunas ocasiones es difícil valorar si un flemón representa la existencia de tejido inflamado o de un absceso con múltiples celdillas. En estos casos, la aspiración con aguja es de gran utilidad.
Anestesia local. Los anestésicos locales inyectados en áreas inflamadas son menos eficaces,
debido al aumento de su absorción y a que los tejidos inflamados presentan acidosis. La pequeña cantidad de anestesia necesaria no producirá sobredosis en la mayoría de los procedimientos quirúrgicos efectuados ambulatoriamente, pero se debe conocer la dosis tóxica de los anestésicos locales utilizados (no se debe administrar una cantidad superior a 5 mg/kg de peso de lidocaína).
La epinefrina aumenta la duración de la anestesia local, debido a que origina una vasoconstricción, pero no se pueden inyectar soluciones que contengan esta sustancia en los dedos, pene ni en la oreja, ya que ello conlleva un riesgo de gangrena.
Vendaje de la lesión . Ayuda a que se realice la hemostasia de la herida y evita que la superficie
cutánea se cierre prematuramente. En general, el vendaje puede retirarse a los dos o tres días. Los vendajes con medicamentos no ofrecen ninguna ventaja frente al vendaje sencillo.
Diagnóstico diferencial . Ante una masa inflamada en la región cervical, supraclavicular, axilar o
inguinal, siempre debe sospecharse como causa de la misma, la existencia de una linfadenitis
necrosante o supurativa que puede estar producida por diferentes infecciones: tuberculosis, enfermedad micobacteriana atípica, linfogranuloma venéreo, enfermedad por arañazo de gato.
COMPLICACIONES
Hemorragia. Las zonas tisulares inflamadas que rodean al absceso presentan elevada vascularización, por lo que se debe evitar, en lo máximo posible, la incisión de estas zonas. La colocación de un vendaje sobre la lesión ayudará a la hemostasia de la herida. Por otra parte, no realizaremos desbridamientos bruscos de la cavidad para evitar la lesión de pequeños vasos subcutáneos.
Supuración crónica.
Incisión demasiado pequeña.
La abertura del absceso deberá ser suficientemente grande para evitar el error frecuente de drenar una gran cavidad a través de una incisión relativamente pequeña y producir un absceso crónico.
Cierre en falso de la cavidad . Cuando se realizan incisiones demasiado pequeñas y no se coloca un tubo de drenaje, es bastante frecuente que se cierren demasiado pronto los bordes de la herida no dando tiempo al cierre de la cavidad y, por consiguiente, a la persistencia de la infección. Por este motivo, se deben realizar incisiones suficientemente grandes y colocar algún tipo de dren en la cavidad. Las curas diarias son también importantes para evitar que se produzca esta complicación.
Persistencia del absceso .
No se ha drenado el absceso, generalmente porque hemos abierto el tejido flemonoso sin llegar a la cavidad abscesificada. Podremos evitar esta complicación si antes de realizar la incisión de la piel, localizamos la cavidad del absceso mediante punción y aspiración con una aguja conectada a una jeringa, y una vez localizada podemos dejar la aguja en la cavidad para que nos sirva de guía al hacer la incisión.
128

miércoles, 9 de febrero de 2011

Lesiones o tumores de piel y anexos

Lesiones o Tumores de Piel y anexos

En términos generales las determinantes genéticas desempeñan una función importante en la patogénesis de los tumores cutáneos. En la piel y tejido adyacente pueden presentarse diversas lesiones o tumores que en ocasiones pueden pasar desapercibidas o que en ocasiones son dolorosas o que simplemente por su localización son molestas y que deben ser resecadas para su estudio.

Entre las lesiones que se presentan con más frecuencia son las verrugas, los quistes sebáceos, los lunares y los lipomas entre otros, todos ellos dependiendo de su localización y de su tamaño pueden ser retirados en un procedimiento de cirugía menor en el consultorio.

Existen algunas otras lesiones que por sus dimensiones, localización o por su naturaleza es de gran importancia realizar una escisión más extensa y un estudio más cuidadoso de las mismas como pueden ser los tumores de piel que se describen a continuación.

El carcinoma basocelular es el más común de todos los tumores malignos en humanos. Típicamente se presenta en áreas expuestas al sol en forma crónica. Usualmente es de crecimiento lento y muy raramente presenta metástasis, pero puede causar suficiente destrucción local si se ignora o se trata en forma inadecuada. El pronóstico es excelente con terapia apropiada. El paciente se presenta frecuentemente con una lesión que no cura, de evolución variable. Estas lesiones típicamente se ven en la cara, orejas, piel cabelluda, cuello, o tronco superior. Traumatismos muy leves, como lavarse la cara o secarse con una toalla, pueden producir sangrado. El antecedente de exposición crónica al sol comúnmente existe.

El carcinoma de células escamosas es el segundo cáncer de piel más común y frecuentemente se origina en las áreas de piel expuestas al sol de individuos de mediana edad y personas de la tercera edad. El carcinoma de células escamosas es mucho más común en áreas con una incidencia alta a la exposición solar. La mayoría de los carcinomas de células escamosas son identificados y removidos en el consultorio como un procedimiento menor. Lesiones mayores, invasivas pueden requerir de manejo quirúrgico agresivo y/o radioterapia. Los carcinomas de células escamosas de alto riesgo tienen un rango considerable de metástasis y requieren de una evaluación y tratamiento cuidadoso. La mayoría de los carcinomas de células escamosas se originan a partir de lesiones precancerosas inducidas por la exposición solar conocidas como queratitis actínica. El carcinoma de células escamosas es capaz de presentar extensión local, metástasis a nódulos linfáticos regionales y metástasis a distancia.

El melanoma es la neoplasia maligna originada de los melanocitos, que son células provistas de melanosomas y especializadas en la biosíntesis y transporte de melanina, el pigmento que da color a la piel y al pelo. En los últimos años, se ha incrementado el interés acerca del melanoma, un tipo altamente agresivo y letal de cáncer de piel. Los datos epidemiológicos referentes a su incidencia van en aumento en gran número de países, a un ritmo aproximado del 5% al año. Esta tasa de aumento es la segunda después del cáncer de pulmón en la mujer. En la actualidad, el melanoma es la principal causa de muerte por cáncer cutáneo, siendo responsable del 65-75% de ellas, así como del 1-2% de todas las muertes por cáncer.
Estudios recientes realizados, han permitido correlacionar múltiples factores que predicen la probabilidad de desarrollo de la enfermedad y en los pacientes ya afectos, la de aparición de enfermedad metastásica y muerte. Asimismo, han permitido la elaboración de sistemas nuevos y más exactos de estadificación y de tratamiento.

Es de importancia vital, para reducir la mortalidad, detectar los tumores en una fase temprana, en la que se puede realizar su curación mediante cirugía. Se ha demostrado que la apariencia macroscópica del tumor cutáneo primario suele ser característica, por lo que se pueden diagnosticar un 90% o más de estos tumores mediante simple inspección.

El tratamiento óptimo de un tumor cutáneo primario se halla condicionado por la preexistencia de múltiples factores, incluyendo tamaño y localización, posibilidad de invasión de estructuras vitales, edad y estado de salud general del paciente, además del interés estético del paciente.

La elección terapéutica, en función del proceso patológico presente, puede incluir: escisión quirúrgica, crioterapia, dermo abrasión química o mecánica, afeitado, aplicación o infiltración de algún medicamento especial. También han sido descritos, radioterapia y terapia fotodinámica. La escisión quirúrgica es frecuentemente empleada en carcinoma basocelular (CBC) y carcinoma espinocelular (CEC), constituyendo el tratamiento de elección en melanoma cutáneo primario, y otros tumores cutáneos aunque otras modalidades pueden ser empleadas como coadyuvantes.


Recuerde que la información contenida en esta página es solo informativa y no sustituye la valoración integral por el especialista, por lo que si usted, algún familiar o amigo presentan alguna de estas patologías es conveniente que sea valorado por su Cirujano Plástico certificado.

Cáncer de cuello uterino


CÁNCER DEL CERVIX O CUELLO UTERINO



DESCRIPCIÓN ETAPAS DEL CÁNCER TRATAMIENTO TRATAMIENTO POR ESTADIOS CONSULTAR


DESCRIPCIÓN

El cáncer cervicouterino es un tipo frecuente de cáncer en mujeres, y consiste en una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas (malignas) en los tejidos del cuello uterino.

El útero es el órgano hueco, en forma de pera invertida, donde se desarrolla el feto. El cuello o cérvix uterino es una abertura que conecta el útero con la vagina (canal de nacimiento).

El cáncer cervicouterino empieza creciendo lentamente. Antes de que aparezcan células cancerosas en el cuello uterino, los tejidos normales del cuello uterino pasan por un proceso conocido como displasia, durante el cual empiezan a aparecer células anormales. Una citología con tinción de Papanicolaou generalmente encontrará estas células pre-malignas. Posteriormente, las células cáncerosas comienzan a crecer y se diseminan con mayor profundidad en el cuello uterino y en las áreas circundantes.

Ya que en general no hay síntomas asociados con cáncer cervicouterino, suelen ser necesarias una serie de pruebas para diagnosticarlo:

  • Citología con tinción de Papanicolaou: Se lleva a cabo usando un pedazo de algodón, un cepillo o una espátula de madera pequeña para raspar suavemente el exterior del cuello uterino con el fin de recoger células. La paciente puede sentir algo de presion, que se acompañará en algunos casos de dolor.

  • Biopsia. Si se encuentran células anormales, el médico tendrá que extraer una muestra de tejido del cuello uterino y lo observará a través del microscopio para determinar la presencia de células cancerosas. Para efectuar una biopsia sólo se necesita una pequeña cantidad de tejido y puede hacerse en la consulta del médico. A veces se necesita extraer una muestra de biopsia en forma de cono, más grande (conización), para lo cual quizás sea necesario ir al hospital.

El pronóstico (posibilidades de recuperación) y selección de tratamiento dependen de la etapa en que se encuentra el cáncer (si está sólo en el cuello uterino o si se ha diseminado a otros lugares) y el estado de salud en general.

ESTADIOS O ETÁPAS DEL CÁNCER CERVICOUTERINO

Las siguientes etapas se usan en la clasificación del cáncer cervicouterino:

Estadio 0 o carcinoma in situ. El carcinoma in situ es un cáncer muy temprano. Las células anormales se encuentran sólo en la primera capa de células que recubren el cuello uterino, y no invaden los tejidos más profundos del cuello uterino.

Estadio I. El cáncer afecta el cuello uterino, pero no se ha diseminado a los alrededores.

I-a: una cantidad muy pequeña de cáncer, sólo visible por microscopio, se encuentra ya en el tejido más profundo del cuello uterino.

I-b: una cantidad mayor de cáncer se encuentra en dicho tejido.

Estadio II. El cáncer se ha diseminado a áreas cercanas, pero aún se encuentra en el área pélvica.

II-a: el cáncer se ha diseminado fuera del cuello uterino a los dos tercios superiores de la vagina.

II-b: el cáncer se ha diseminado al tejido alrededor del cuello uterino.

Estadio III. El cáncer se ha diseminado a toda el área pélvica. Puede haberse diseminado a la parte inferior de la vagina, o infiltrar los uréteres (los tubos que conectan los riñones a la vejiga).

Estadio IV. El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

IV-a: Diseminación a la vejiga o al recto (órganos cerca del cuello uterino)

IV-b: Diseminación a órganos distales como los pulmones.

Recurrente. Enfermedad recurrente (recidiva) significa que el cáncer ha vuelto después de haber sido tratado. Puede ocurrir en el propio cérvix o aparecer en otra localización.

TRATAMIENTO DEL CÁNCER CERVICOUTERINO

Existen tratamientos para todas las pacientes con cáncer cervicouterino. Se emplean tres clases de tratamiento:

  • Cirugía (extracción del cáncer en una operación)
  • Radioterapia (radiaciones de alta energia para eliminar las células cancerosas).
  • Quimioterapia (medicamentos o "venenos" para eliminar las células cáncerosas).

El cáncer se puede extraer empleando alguna de las siguientes operaciones:

  • La criocirugía consiste en la eliminación del cáncer por congelamiento.

  • La cirugía con rayo láser consiste en el uso de un haz de luz intensa para eliminar células cáncerosas.

  • La conización consiste en la extracción de un pedazo de tejido en forma de cono en el lugar donde se encuentra la anormalidad. Se emplea para biopsias, pero también para el tratamiento de cánceres tempranos del cuello uterino.

  • La escisión electroquirúrgica (LEEP, siglas en inglés) usa una corriente eléctrica que pasa por un aro de alambre delgado, el cual sirve como cuchilla.

  • Una histerectomia es una operación en la cual se extraen todo el útero, incluyendo todo el cuello uterino, además del cáncer.

1.Histerectomia vaginal. El útero se extrae a través de la vagina.

2.Histerectomia abdominal. El útero se extrae mediante una incisión en el abdomen. Puede ser necesario extraer también los ovarios y las trompas de Falopio (Salpingooforectomia bilateral).

3.Histerectomia radical es una operación en la cual se extraen el cuello uterino, el útero y parte de la vagina. Tambien se extraen los ganglios linfáticos del área. (Los ganglios linfáticos son estructuras pequeñas en forma de alubia que se encuentran por todo el cuerpo y cuya función es producir y almacenar células que combaten las infecciones).

  • Exenteración Si el cáncer se ha diseminado afuera del cuello uterino o los órganos femeninos, puede ser necesario extraer el colon inferior, recto o vejiga (dependiendo del lugar al que se haya diseminado el cáncer) junto con el cuello uterino, útero y vagina. La paciente puede necesitar cirugía plástica para formar una vagina artificial (vaginoplastia) después de esta operación.

TRATAMIENTO POR ESTADIOS

Los tratamientos para cáncer cervicouterino dependerán de la etapa en que se encuentra la enfermedad, el tamaño del tumor, la edad y estado de salud general, y el deseo de tener hijos.

Estadio 0 (carcinoma in situ). El tratamiento puede consistir de:

1.Conización.
2.Cirugía con rayo láser.
3.Procedimiento de escisión electroquirúrgica (LEEP).
4.Criocirugía.
5.Cirugía para eliminar el área cáncerosa, cuello uterino y útero (total abdominal o histerectomia vaginal) para aquellas mujeres que no pueden o no desean tener niños.

Estadio I. El tratamiento depende de la profundidad de invasión del tumor:

I-a: 1. Histerectomia abdominal total, con o sin salpingooforectomia bilateral.
2. Conización.
3. Histerectomia radical, con o sin disección de ganglios linfáticos).
4. Radioterapia.

I-b: 1. Radioterapia.
2. Histerectomia radical ampliada con o sin radioterapia.

Estadio II. El tratamiento depende de la profundidad de invasión del tumor:

II-a: 1. Radioterapia.
2. Histerectomia abdominal total, con o sin salpingooforectomia bilateral.

II-b: 1. Radioterapia.
2. Ensayos clínicos de nuevas formas de radioterapia/quimioterapia.

Estadio III. El tratamiento podría consistir en:

III-a: Radioterapia.
III-b: Ensayos clínicos de nuevas formas de radioterapia/quimioterapia.

Estadio IV. El tratamiento podría consistir en:

IV-a: 1. Radioterapia.
2. Ensayos clínicos de nuevas formas de radioterapia/quimioterapia.

IV-b: 1. Radioterapia para aliviar los sintomás como el dolor.
2. Quimioterapia.

RECIDIVAS. El tratamiento de la recidiva local podría consistir en:

1. Cirugía para extraer el colon inferior, el recto o vejiga (dependiendo del lugar al que se ha diseminado el cáncer) junto con el cuello uterino, útero y vagina (exenteración).

2. Radioterapia y quimioterapia.

Si el cáncer ha recurrido fuera de la pelvis, se puede optar a una prueba clínica con quimioterapia sistémica.

jueves, 3 de febrero de 2011

Anestesia para Cirugía Ambulatoria

Anestesia para Cirugía Ambulatoria

Con frecuencia no es necesario pasar la noche en el hospital después de una cirugía o de un examen diagnóstico. Generalmente, usted puede regresar a casa a recuperarse.

Los servicios de anestesia o de cirugía ambulatoria (o externa) son seguros, convenientes y económicos, y se pueden llevar a cabo en una variedad de centros. Puede escoger que le hagan el procedimiento en un hospital, en un centro de cirugía independiente, o en algunos casos en el consultorio del cirujano.

¿Qué es anestesia ambulatoria?

La anestesia ambulatoria está diseñada para satisfacer las necesidades de la cirugía ambulatoria para que usted pueda regresar a casa poco después de la operación. Se usan drogas anestésicas de corta acción, técnicas anestésicas especializadas y atención especialmente orientada a las necesidades del paciente ambulatorio para hacer que su experiencia sea segura y agradable.

Por lo general, si tiene buen estado de salud, usted puede tener anestesia y cirugía ambulatoria. Debido a que cada paciente es especial, su anestesiólogo lo evaluará cuidadosamente y evaluará su estado de salud para determinar si usted debe tener cirugía ambulatoria.

Después de volver de la anestesia, generalmente, regresa a casa directamente. Los pacientes ambulatorios necesitan ayuda de parientes o amigos. Si no tiene quién le ayude en casa, puede que necesite ayuda adicional. Algunos centros ambulatorios ofrecen instalaciones de recuperación especiales para después de la cirugía o servicios de enfermeras que van a la casa por un tiempo más largo.

¿Cuándo voy a conocer a mi anestesiólogo?

Su anestesiólogo o su asistente se entrevistarán con usted antes de ponerle la anestesia para reunir información y evaluar su estado de salud general. Esta entrevista puede ser por teléfono, una visita en el centro o en el consultorio.

Puede que le manden a hacer exámenes de laboratorio y revisen su historia médica, historia quirúrgica y otros antecedentes médicos relacionados con la anestesia. Puede que le pidan que conteste un cuestionario sobre otras experiencias con anestesia, padecimientos médicos, medicamentos y alergias que tenga.

Debe hablar con el anestesiólogo sobre cualquier inquietud que tenga.

¿Cuáles son los tipos de anestesia?

Las decisiones relacionadas con la anestesia se toman pensando siempre en usted. El tipo de anestesia que le apliquen depende de su salud en general, de la clase de cirugía y de lo que usted prefiera, en cuanto sea posible.

Basándose en la información que ha reunido el anestesiólogo de su historia médica y de la entrevista antes de la operación, hablará con usted sobre las opciones posibles de anestésicos.

Puede escoger entre cuatro categorías principales de anestesia:

  • Anestesia general. Con la anestesia general, usted está inconsciente y pierde las sensaciones.

  • Anestesia regional. Si tiene anestesia regional, le inyectan un anestésico local para insensibilizar, controlar el dolor y la sensación de una región grande del cuerpo. Entre las técnicas de anestesia regional están: los bloqueadores espinales y epidurales y bloqueos de brazos y piernas. Puede que le den medicamentos que le harán sentir cómodo, somnoliento y le hará borrosa la memoria.

  • Anestesia con monitoría. Ésta consiste en medicinas que toma para ponerlo somnoliento y aliviar el dolor. Esos medicamentos complementan las inyecciones de anestésicos locales dados por lo general por el cirujano. Mientras está sedado, su anestesiólogo controlará las funciones vitales del cuerpo.

  • Anestesia local. Se usa para insensibilizar un área pequeña. Con frecuencia lo hace el cirujano. En este caso, puede que no haya un miembro del equipo de anestesiología con usted.

El anestesiólogo hablará con usted sobre los riesgos y los beneficios relacionados con las diferentes clases de anestesia. Ocasionalmente no es posible mantenerlo cómodo con anestesia regional o local, y se necesita la anestesia general.

Sin embargo, pueden ocurrir complicaciones poco comunes o efectos secundarios con cada una de las opciones que usted escoja a pesar de que se le controle cuidadosamente y el anestesiológo tome precauciones especiales para evitarlos. Con esta información, usted y su anestesiólogo pueden decidir cuál tipo de anestesia le conviene más.

Consejos antes de la operación

¿Puedo comer o beber antes de la anestesia?

Como regla general, usted no debe comer ni beber nada después de la media noche antes de la operación. Bajo algunas circunstancias, su anestesiólogo le puede permitir que tome líquidos claros hasta algunas horas antes de ponerle la anestesia.

Si acostumbra fumar, por favor no lo haga.

¿Necesito que alguien me lleve a casa?

Sí, necesita hacer arreglos para que un adulto responsable lo lleve a casa después de que le hayan aplicado un anestésico o un sedante. No le permitirán salir solo o manejar a casa. Se recomienda que tenga compañía durante las primeras 24 horas.

Si le aplican anestesia local solamente, y no le dan sedantes, es posible que pueda irse a casa sin compañía. Primero, pregúntele al doctor.

Estas instrucciones son importantes para su seguridad. Sino sigue las instrucciones de su doctor de no comer y de tener un adulto que lo lleve a casa, pueden cancelar su cirugía.

¿Debo tomar mis medicinas usuales?

Se deben tomar algunas medicinas, otras no. Es importante hablar de ésto con el anestesiólogo. No interrumpa las medicinas a menos que el anestesiólogo lo recomiende.

¿Qué ropa debo usar?

Si es posible, use ropa suelta, fácil de poner, que le sirva después de tener las vendas puestas. Deje las cosas valiosas en casa.

El día de la cirugía

¿Qué pasa antes de mi cirugía?

Por lo general usted conocerá al anestesiólogo que lo va a atender, el día de la cirugía antes de ir a la sala de operaciones. En ese momento, él revisará su historia médica, sus antecedentes relacionados con la anestesia, y los resultados de las pruebas de laboratorio que le hayan hecho y contestará cualquier pregunta que usted tenga.

Las enfermeras le tomarán los signos vitales, y el anestesiólogo y el cirujano se reunirán con usted, terminarán de hacer las evaluaciones y las pruebas de laboratorio. Le empezarán a aplicar los líquidos intravenosos y le darán las medicinas preoperatorias, si es necesario.

Al llegar a la sala de cirugía, le conectarán los monitores, como la abrazadera inflable para medir la presión, el aparato para tomar electrocardiogramas y otros aparatos para su seguridad. En este momento está listo para la anestesia.

¿Qué hace el anestesiólogo durante la cirugía?

El anestesiólogo es responsable personalmente de velar por su comodidad y bienestar. El anestesiólogo dirigirá el equipo de atención de la anestesia para supervisar y controlar sus funciones vitales durante la cirugía.

El anestesiólogo también es responsable de controlar otros padecimientos médicos que puedan surgir relacionados con la cirugía y con cualquier problema médico crónico que tenga, como asma, diabetes, presión alta o problemas del corazón. Un miembro del equipo de anestesia estará a su lado durante toda la cirugía.

Recuperación en el centro de cirugía

¿Qué puedo esperar después de una cirugía?

Después de la cirugía lo llevarán a una unidad de cuidados postoperatorios, que comúnmente se llama sala de recuperación. El anestesiólogo dirige el monitoreo y las medicinas necesarias para su segura recuperación.

Durante los primeros 30 minutos enfermeras con entrenamiento lo van a cuidar, le darán oxígeno adicional y controlarán su respiración y funciones del corazón.

En algunos centros, lo pueden pasar de la sala de recuperación a otra área donde se seguirá recuperando y sus amigos y parientes puedan estar con usted. Allí le darán algo de tomar y le ayudarán a levantarse.

¿Habrá efectos secundarios?

La incomodidad que usted experimente dependerá de varios factores, especialmente del tipo de cirugía. Los doctores y enfermeras pueden aliviar el dolor después de la cirugía con medicinas orales o con inyecciones o insensibilizando el área cerca de la cortada. Su incomodidad debe ser tolerable, pero no puede esperar no sentir dolor.

La náusea o el vómito, pueden estar relacionados con la anestesia, con la clase de cirugía, el tipo de procedimiento o los medicamentos para controlar el dolor causado por la operación. Aunque hoy en día, hay menos problemas debido a la existencia de mejores anestésicos y técnicas, estos efectos secundarios siguen ocurriendo en algunos pacientes.

A menudo, durante la operación y en la recuperación el anestesiólogo da medicamentos para reducir la náusea, el vómito y el dolor causados por la operación.

¿Cuándo podré ir a casa?

Eso depende de las normas del centro donde se le hace la cirugía, de la clase de cirugía y del tipo de anestesia usado. La mayoría de los pacientes pueden ir a casa entre una y cuatro horas después de la cirugía. Su anestesiólogo puede darle una idea más específica en su caso.

Ocasionalmente es necesario quedarse de un día para otro. Todos los centros de cirugía ambulatoria tienen arreglos con un hospital si es médicamente necesario.

¿Qué instrucciones recibiré?

Le darán instrucciones orales y por escrito. La mayoría de los centros tiene instrucciones generales e instrucciones que se aplican a su caso en particular.

Por lo general, durante las 24 horas después de su cirugía:

  • No beba alcohol ni use medicamentos sin receta.
  • No maneje vehículo ni maquinaria peligrosa.
  • No tome decisiones importantes.

Usted recibirá números de teléfonos donde puede llamar si tiene alguna inquietud o si necesita ayuda de emergencia después de ir a casa.

Recuperación en casa

¿Qué puedo esperar?

Esté listo para ir a casa y terminar su recuperación allí. A menudo, los pacientes sienten somnolencia y efectos leves después de la anestesia ambulatoria, como: dolores musculares, dolor de garganta y mareos o dolores de cabeza. Puede que también sientan náusea, pero el vómito es menos frecuente.

Estos efectos secundarios disminuyen rápidamente horas después de la cirugía, pero puede que tomen varios días para pasar completamente. Al día siguiente, la mayoría de los pacientes no se sienten listos de seguir la vida normal que tienen debido a cansancio general o incomodidad causada por la cirugía.

Tome las cosas con calma por unos días hasta que se vuelva a sentir normal. Dése cuenta que el período de recuperación en casa es común y de esperar.

Seguimiento

Asegúrese de seguir las instrucciones que le dan en el centro donde le hicieron la operación. Estas instrucciones son importantes para una recuperación rápida segura y agradable.

Si tiene alguna pregunta, por favor llame al anestesiólogo con toda confianza.

Después de unos días de la anestesia y cirugía ambulatoria, se comunicarán con usted para preguntarle cómo se siente y si ha tenido algún problema. Puede que lo llame alguien del centro donde le hicieron la cirugía o que le manden un cuestionario por correo.

Es importante que aproveche esta oportunidad para decirles a las personas que lo atendieron cómo se siente, para que puedan prestar el mejor servicio posible en el futuro.

Algo más...

Por favor !haga preguntas! Su experiencia será más fácil si sabe qué pasa normalmente y qué puede esperar.

Recuerde, lo más importante en la anestesia ambulatoria es usted, el paciente.

©1997 Derechos de autor de la American Society of Anesthesiologists
Todos los derechos reservados.

Home ->


Texas Society Of Anesthesiologists
401 W 15th Suite 990 * Austin, TX 78701-1665
Phone 512-370-1659 * Fax 512-370-1655
Email info@tsa.org

Copyright © 2011 Texas Society of Anesthesiologists. All rights Reserved.

martes, 1 de febrero de 2011

Anestesia Local



TOXICIDAD DE LOS ANESTESICOS LOCALES

Dr. F. Xavier Díaz Meco

S.Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Clínica Sant Josep de Manresa

Introducción

Los anestésicos locales (AL), son fármacos universalmente utilizados por multitud de médicos (cirujanos, dentistas, dermatólogos, internistas, etc.) a diario. Sin embargo, estos fármacos no son inocuos, y muy pocos de estos médicos conocen realmente la farmacología y toxicidad de los AL.

En este capítulo, repasaremos someramente los efectos indeseables de los AL.

Clasificación de los AL

Según su composición química, los AL pueden ser ésteres ó amidas.

Los anestésicos locales del grupo éster, prácticamente no se utilizan en la actualidad, al haber sido superados completamente por los del grupo amida. Pertenecen a éste los siguientes fármacos: Cocaína, Benzocaina, Procaina, Tetracaina y Clorprocaina.

Los anestésicos locales del grupo amida, presentan múltiples ventajas respecto a los anteriores, sobretodo una menor incidencia de efectos secundarios. Pertenecen a este grupo: Lidocaina, Mepivacaina, Prilocaina, Bupivacaina y Ropivacaina, introducido recientemente.

Toxicidad de los AL

La toxicidad de los AL puede producirse a nivel local o sistémico.

A nivel local, pueden producir edema, inflamación, abcesos (siempre se debe procurar una rigurosa asepsia, tanto en la técnica como en las soluciones anestésicas), isquemia (debe prestarse mucha atención al uso concomitante de vasoconstrictores), y hetamona, potencialmente peligroso dependiendo de su localización (valorar siempre el estado de coagulación del paciente).

Puede producirse también una lesión nerviosa, motivada por una causa mecánica (por lesión directa de la fibra nerviosa causada por la aguja, o por compresión de dichas fibras debido a inyección de volumen demasiado grande de AL), o bien de carácter físico-químico (debidas al contacto directo del AL sobre la fibra nerviosa). En este sentido, debe recordarse que la Clorprocaina puede producir trastornos graves de la conducción nerviosa, con lisis de la vaina de Scwan y degeneración axonal. Estas lesiones se ven incrementadas cuando se utiliza adrenalina.

Los síntomas de la toxicidad sistémica son el resultado de una estimulación sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) y concomitantemente depresión de los centros medulares y sistemas respiratorio y cardiovascular. Suele guardar relación con la dosis y responder a niveles plasmáticos altos.

Toxicidad sobre el SNC.

Los síntomas de toxicidad del SNC son de gravedad creciente. Inicialmente el efecto tóxico se manifiesta por excitación, con los siguientes síntomas: inquietud, ansiedad, entumecimiento de la lengua y tejido peribucal con sabor metálico en la boca, trastornos visuales y auditivos, temblores, y finalmente convulsiones tónico-clónicas. También se puede observar taquicardia e hipertensión arterial, trastornos del ritmo respiratorio, náuseas y/o vómitos, debido a toxicidad sobre la médula.

En una segunda fase, las manifestaciones son de tipo depresivo: inconsciencia, hipotensión, síncope vascular, y paro respiratorio.

Existe una relación directa entre la potencia anestésica del AL y la capacidad de toxicidad sobre el SNC.

El tratamiento consistirá en mantener libre la vía aérea, oxigenoterapia (el oxígeno empleado en los primeros momentos puede prevenir las convulsiones), y benzodiacepinas o hipnóticos en caso de convulsiones, procediendo a la intubación endotraqueal si fuese necesario.

Toxicidad sobre el sistema cardiovascular

El sistema cardiovascular es más resistente que el SNC a la toxicidad de los AL, necesitando 3 ó 4 veces más dosis para mostrar efectos tóxicos. La bupivacaina, es el AL más cardiotóxico.

Inicialmente, se produce un aumento de la tensión arterial y frecuencia cardíaca, por estimulación simpática.

Posteriormente se puede producir hipotensión por acción vasodilatadora, y finalmente colapso cardiovascular.

Estos efectos son debidos a que los AL producen un aumento del periodo refractario y una disminución de la excitabilidad, contractilidad y conducción cardíaca. Todos los AL ejercen además, una función inotrópica negativa dosis-dependiente.

El tratamiento se hará con fluidoterapia y vasoconstrictores en caso de hipotensión. Si la depresión miocárdica es intensa, se necesitará apoyo inotrópico. La oxigenoterapia será igualmente importante y se valorará la necesidad de intubación endotraqueal y ventilación controlada.

Reacciones alérgicas

Las reacciones alérgicas a los AL son muy poco frecuentes, apreciándose en menos del 1% de los casos. Casi siempre se relacionan con los AL de tipo éster, debido a uno de sus metabolitos, el ácido paraaminobenzoico.

Mucho más raras son las reacciones debidas a los AL de tipo amida. Sin embargo, algunos preparados pueden contener metilparaben, un conservante con estructura similar al ácido paraaminobenzoico, el cual puede producir reacciones alérgicas en algunos pacientes.

El espectro clínico va desde las manifestaciones dermatológicas hasta el broncoespasmo y shock anafiláctico.

El tratamiento será el correspondiente a cada manifestación clínica

Factores que influyen en la toxicidad de los AL

La toxicidad de los AL viene dada por sus propiedades farmacológicas y está determinada por numerosos factores:

  1. Agente anestésico.
  2. Potencia del anestésico local.
  3. Dosis total y concentración.
  4. Vía de administración. Obviamente, la vía más tóxica será la endovenosa.
  5. Velocidad de administración. A mayor velocidad, mayor toxicidad.
  6. Uso de vasoconstrictores. Disminuyen la velocidad de absorción del AL.
  7. Velocidad de absorción y difusión.
  8. Interacciones medicamentosas.
  9. Alteraciones internas. Se debe disminuir la dosis en niños, ancianos, enfermedades crónicas, insuficiencia renal y hepática, y en aquellos pacientes con seudocolinesterasa atípica.

Etiología de la toxicidad

La toxicidad de los AL se presenta por sobredosificación de éstos, ya sea absoluta o relativa.

La sobredosificación absoluta se produce al administrar una cantidad excesiva de AL. Esta causa es previsible, y es sorprendentemente, bastante frecuente, no respetándose las dosis máximas permitidas de AL (tabla I).

Anestésico local Sin adrenalina Con adrenalina



Prilocaina 400 mg (5-6 mg/kg) 600 mg (8-9 mg/kg)
Lidocaina 200 mg (3-4 mg/kg) 500 mg (6-7 mg/kg)
Mepivacaina 400 mg (5-6 mg/kg) 600 mg (6-8 mg/kg)
Bupivacaina 150 mg (2 mg/kg) 200 mg (2,5 mg/kg)

Tabla I: dosis máximas de los AL más usados

La sobredosificación relativa se da en niños, ancianos y enfermos en malas condiciones, en los que dosis normales para otros sujetos resultan tóxicas para ellos.

Por último, la hiperergia representa también una situación de sobredosificación relativa. Afecta a un pequeño número de individuos para los que dosis normales de AL provocan trastornos generalizados.


Prevención de la toxicidad.

Existen una serie de medidas de fácil aplicación, que son muy eficaces para prevenir la toxicidad de los AL:

Seleccionar el AL adecuado a cada situación clínica.

Utilizar siempre la dosis mínima que proporcione una anestesia satisfactoria, no sobrepasando en ningún caso la dosis máxima del AL que estemos utilizando. Se recomienda utilizar un volumen adecuado, a la mínima concentración posible.

Se procederá a la inyección lenta del AL, haciendo aspiraciones frecuentes para descartar que estemos realizando una inyección intravenosa.

Se utilizará vasoconstrictor siempre que sea posible, omitiéndolo en aquellos casos en que esté contraindicado.


Autor: Dr. F. Xavier Díaz Meco

S. Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Clínica Sant Josep de Manresa

Copyright © 1998 -2002 MEDSPAIN - All rights reserved.


Webstats4U - Free web site statistics

Contadores de visitas